Sin terminar - Odio
Nunca lo he entendido, así como nunca sabré que me motivó a escribir o retratar el sinónimo de vida, sinónimo porque es así como la entiendo, un sinónimo que toma rostro y forma convirtiéndose en el odio que cabe en los rostros que destilan soberbia y altanería, debería mencionar que nunca me han agradado, es más me producen ojeriza, parecen acogerse por el más leve miedo, hacer alarde del poder que creen tener sobre almas humanas, encerrar tus pensamientos y hacer añicos con tus entrañas todo mundo bueno.
Mientras vas mirándolos, de frente al rostro, a ese rostro, que
aunque sean muy variados, continúan pareciéndome asimétricos, rostros pálidos,
que se mueven a medida que suceden los hechos, cambian de facetas día y noche,
trago tras trago provocando que sus llantos no sean más que códigos que manda
el cuerpo, que sus risas no sean más que muestras de óbito, mirándolos de frente
a los ojos, esos ojos son la prueba de todo aborrecimiento que les he guardado,
ojos sin alma, ojos diseñados para observar y tan solo observar, ojos que se
convierten en un oscuro y solitario balcón, que al penetrar tan fuerte te dejan
herido, sediento de menguar lo más lejos que sea. Ojos muertos.
Sé que puede sonar psicópata, incluso
pueden juzgarme de misántropo, o peor aún de soberbio, esa soberbia que he blasfemado,
pero no redacto esto para que me entiendan, no
redacto esta “vida” para que comprendan mi odio, las ganas de destruir esos
rostros, y dejar cerrados esos ojos para que regresen a la muerte. No trato que
alguien me entienda en lo absoluto, ya lo dije antes, no sé el motivo de este
texto y es más, no trato de saberlo.
Solo sé que no estoy loco, pero no
importa si ustedes que leen esto así me tomen. Aunque me juzguen, ustedes saben
que el corazón de un hombre guarda pensamientos y emociones, y no está de más
decir que más de uno de los que lea esto, guarda algún nefasto pensamiento o trágico
hecho, no son similares al mío, y su capacidad de analizar y acoplar es muy
divergente a la mía, tampoco estoy justificándome. Pero pienso que todo parte de
lo nefasto. Por lo menos yo partí de ahí, aunque no negaré que mucho antes de
mi significado de nefasto ya odiaba por lo menos el deslizar del mundo en la
mañana y el regresar en cada noche. Y he ahí el significado de mi existencia.
Siento que el vacío se ap
odera de mí en
este instante, siento que me quiere devorar como un demonio, no lo sé. Pero me
gusta de alguna forma, me lleva a un mundo a gusto, donde puedo gritarle al
viento lo que pienso, donde puedo perforar imaginariamente aquel rostro, justo
en los ojos, entonces el vació se convierte en mí, y deslizo la muerte a la
muerte, le devuelvo a la muerte lo que por derecho le pertenece, le devuelvo esa
alma que nunca sintió vida. Siendo el demonio yo, dominando el miedo, dominando
esos ojos, ojos que seguirán produciéndome asco, volviendo esos ojos la
verdadera muerte que residía en ellos.
Si no lo han sentido, no acierten que estoy loco, pero ya basta. Dije que escribiría el sinónimo de vida....
(En blanco)
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